Perdida al anochecer.
Me dolió tanto que por un momento
creí que quedaría inconsciente
El mar era negro
y estando sola en casa
esa noche
sangre y miedo
serían lo mismo.
Olvidaste tomar tus pastillas
olvidaste curar tus heridas.
Un grito
a lo lejos
susurra que nunca te vayas.
luego silencio
.
.
El infierno se vuelve el espejo
te adhieres a él
a tu imagen deformada,
rota
la imagen ajena
de imperfección pura
y certera.
Lamento todo eso.
El mar era negro
Irene esa noche se esfumó
sangre,
miedo
y pureza
intentaron reflejar
lo que alguna vez quiso ser
y yo no pude evitar
que esa noche el cielo,
mi cielo,
explotara.
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