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Queridísimo Esteban: A veces, cuando no tengo nada que hacer, te veo en mi mente y ahí es donde recuerdo ‘la promesa’.   ¿Acaso tú la recuerdas? No lo creo. Tú, tú hace 5 años me habías prometido que volverías en un año, ya han pasado 5 y no te he visto desde entonces. ¡Qué acaso yo no soy algo en tu vida! ¡Si no me amabas me lo pudiste haber dicho!     Ya no me importa nada, soy una mujer de 25 años y ¡vivo con mi madre! Amor, si te llega esta carta responde lo más pronto posible y cúmpleme la promesa.                                                                    Tuya,                                                                          Jennifer.   Amada mía: Amor ¿acaso no sabes que yo por ti daría la vida? Hace 4 años fui a tu casa a proponerte matrimonio, como te lo había prometido. Tu madre me dijo que yo no era bienvenido a tu casa y que me alejara de ti, por el bien de ambos. Yo creí que era cierto y me aleje.     Te envié muchas (demasiad

Lo que parecía un amor sin coherencia alguna, se convertía en la salvación, él la sacó del agujero en el que estaba cayendo, él no lo sabía pero lo estaba haciendo. Ella estaba perdidamente enamorada de él. Quién lo diría, lo único que quería en ese momento era que él... le correspondiera. Eso era, no más. Así los dos serían felices juntos.