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Mostrando entradas de diciembre, 2017

Viaje a Colima o cómo aceptar un lugar y ser feliz con ello

Volví con miedo a darme cuenta de que los recuerdos eran sólo eso: recuerdos. Que el lugar en sí no era especial y que sólo había sido una etapa de mi adolescencia muy bonita, pero no fue así. Colima es un lugar muy ameno que guardo en una parte de mi corazón aunque los años pasen. Las cosas sí han cambiado, los lugares y las personas... pero lo cálido y bonito sigue ahí. El cariño que siente uno al ser recibido, la amabilidad de las personas, la buena vibra, las risas. Eso sigue ahí. Es bonito ir desayunar en Comala mientras llueve y después caminar por Nogueras, ir a la playa que está a 40 minutos, convivir con personas que no conoces pero que son divertidas, ver a algunos amigos de la secundaria y seguir queriéndolos aunque hayan pasado muchos años. Ir a una posada de CEDART y ver que ahí siempre hay una convivencia cálida y amistosa como en ningún otro centro educativo. Encontrarte a personas que creías nunca volver a ver y que te abracen fuerte. Desayunar en Las Nogaleras quesa