Perdida al anochecer.
Me dolió tanto que por un momento creí que quedaría inconsciente El mar era negro y estando sola en casa esa noche sangre y miedo serían lo mismo. Olvidaste tomar tus pastillas olvidaste curar tus heridas. Un grito a lo lejos susurra que nunca te vayas. luego silencio . . El infierno se vuelve el espejo te adhieres a él a tu imagen deformada, rota la imagen ajena de imperfección pura y certera. Lamento todo eso. El mar era negro Irene esa noche se esfumó sangre, miedo y pureza intentaron reflejar lo que alguna vez quiso ser y yo no pude evitar que esa noche el cielo, mi cielo, explotara.