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Mostrando entradas de 2017

Viaje a Colima o cómo aceptar un lugar y ser feliz con ello

Volví con miedo a darme cuenta de que los recuerdos eran sólo eso: recuerdos. Que el lugar en sí no era especial y que sólo había sido una etapa de mi adolescencia muy bonita, pero no fue así. Colima es un lugar muy ameno que guardo en una parte de mi corazón aunque los años pasen. Las cosas sí han cambiado, los lugares y las personas... pero lo cálido y bonito sigue ahí. El cariño que siente uno al ser recibido, la amabilidad de las personas, la buena vibra, las risas. Eso sigue ahí. Es bonito ir desayunar en Comala mientras llueve y después caminar por Nogueras, ir a la playa que está a 40 minutos, convivir con personas que no conoces pero que son divertidas, ver a algunos amigos de la secundaria y seguir queriéndolos aunque hayan pasado muchos años. Ir a una posada de CEDART y ver que ahí siempre hay una convivencia cálida y amistosa como en ningún otro centro educativo. Encontrarte a personas que creías nunca volver a ver y que te abracen fuerte. Desayunar en Las Nogaleras quesa

Re/nacer

''Hoy voy a salir a buscar todo lo que quiero Voy a derrumbar mi casa y a empezar de nuevo'' Todos olvidarán tu nombre te desvanecerás como el vaho en una mañana triste llena de lluvia y frío que rompe. Desaparecerás escapando de los carros, de edificios enormes que sofocan, de esos lugares hechos polvo. Te tirarás al vacío con solo el cuerpo lleno de nerviosismo y alegría infinita. Caminarás hasta que los pies te duelan y el sol te queme. Y tal vez sólo tal vez medio desnuda en medio de la nada sientas tu piel como si fuera la primera vez que toca el aire. Recostarás tu cuerpo en la playa                                           la montaña                                                          el río                                                              o el lago donde sea que haya paz. Cerrarás los ojos y te darás cuenta que todo lo que estabas buscando estuvo siempre en ti. (a veces uno necesita escapar para reen

El mar es la salvación

El amanecer se está quebrando mientras tú solo respiras. Aspiras aire azul sabor océano sabor despojo sabor escape. Busco tu mirada coral que arrulla y disipa temores. Déjame vivir ahí. El viento nos absorbe mientras nosotros respiramos mar el uno con el otro con cuidado intentando difuminar ese amanecer escurridizo quebradizo intento de desalojo que grita                                    -nosotros insistimos que el mar es la salvación- que ese día es el fin de todos los tiempos. El amanecer se disipa mientras tú me llevas a ese océano de colores                                    -el mar es la salvación- arrullo entre corales y juntos fluimos después de ese caos matutino esperando resistiendo confiando que al final al final de todos los tiempos renaceremos                                  -el mar es la salvación- Juntos nos diluimos siendo por fin tumulto de agua salada.

Perdida al anochecer.

Me dolió tanto que por un momento creí que quedaría inconsciente  El mar era negro y estando sola en casa esa noche sangre y miedo serían lo mismo.  Olvidaste tomar tus pastillas olvidaste curar tus heridas. Un grito                                                   a lo lejos susurra que nunca te vayas. luego silencio . . El infierno se vuelve el espejo te adhieres a él a tu imagen deformada, rota la imagen ajena de imperfección pura y certera. Lamento todo eso.  El mar era negro Irene esa noche se esfumó sangre,  miedo y pureza intentaron reflejar  lo que alguna vez quiso ser y yo no pude evitar que esa noche el cielo, mi cielo, explotara.