Un simple sueño.

22 de enero, 2013.                                                                                                                          

Era algo macabro, no algo, era bastante macabro. Creo que estaba demente, nadie hace esas cosas porque sí, debe de haber una razón; lógica o no, pero una razón. Si no hubiera ido a cortarme el cabello ahí… ¡calla Yunuen, calla! El ‘’hubiera’’ no debe formar parte de tu vocabulario.

Su mirada… ¡su cara! ¿Cómo no me di cuenta desde el primer momento que lo vi? Pobre niña, pobre niña…

Dos días antes (20 de enero, 2013):                                                                                             

Voy buscando una peluquería, vivo en un lugar desconocido*, nunca lo había visto en vida. O puede que exista y no lo conozca.                                                                                                     
Encuentro una, un señor atendía, tenía cara de psicópata. Dentro de la peluquería, podías salir a la playa, una playa que no existe fuera de ahí, nadie la puede ver fuera del lugar, sólo por dentro.

El señor corta. Me deja el cabello corto. No dije nada. Pago y, de repente, aparezco en la casa donde vivía hace 3 años. No sé cómo, pero yo sabía que el señor tramaba algo, que hacía algo. Era como estar presente sólo en espíritu; sin que este tu cuerpo ahí. Pasaba lo siguiente:

Llega una niña; cabello negro, ojos oscuros, peinada con 2 trencitas (era como la de ‘’Los locos Adams’’ pero sin el copete). Una niña muy bonita.

Le muestra algo al señor, al parecer, era un ojo humano.                                                           

–Otro para tu colección- le dice. Inexpresiva.

 En la siguiente ‘’escena’’ sale el señor en un cuarto pequeño, admirando su colección de ojos y la niña, muerta en un cuarto blanco.

Eso es todo.

Lo último que recuerdo es que el señor me perseguía mientras yo intentaba llegar con su esposa y que, por poco, me asesinaba. Yo llegaba con su esposa y le decía que él le engañaba (no sé cómo lo supe, pero era cierto) No le mencioné lo de los ojos y la niña, no recuerdo por qué razón.

Aparecí en el cuarto blanco con la niña muerta. Todo se tornó oscuro.

Se convirtieron en recuerdos, memorias borrosas… un simple sueño.


*El lugar lo dejo a tu imaginación.



 

 

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